lunes, 12 de noviembre de 2012

Quiero ser mamá "slow"

Cuando nació mi hijo mayor me interesó un movimiento nuevo, que estaba empezando a hablarse de el, y que era el "slow parenting", simplemente se trata de una manera de vivir,,como define uno de sus creadores, Carl Honore en su libro "Elogio de la lentitud" vivir "slow" es "darle a cada cosa su momento, tarea al tiempo y la concentración que necesitan y merecen". 

Esto me ha venido hoy a la cabeza cuando mi hijo me ha pedido, por décima vez, que le contase un cuento ,y era la hora de preparar la cena...y yo con prisas.. y sin tiempo para eso... me he parado y ¿que diferencia hay entre cenar a las 19,30 que a las 20? pues en el caso  de mi hijo, un simple cuento..y aquí tenéis el resto de mi reflexión...


Una no sabe lo que es trabajar bajo presión hasta que es madre, si tu te creías que las maratón de oficina de los últimos años de tu vida profesional eran una competición llena de gente empujando, cuando te dan el carnet de mamá empieza la carrera de fondo más larga de tu vida. Porque tienes que ser la mejor progenitora del planeta tierra y tus hijos los niños perfectos, a riesgo de que se te juzgue como mala madre que no ha sabido hacer las cosas, para que ellos alcancen determinado hitos en el momento que "toca".


Toda esta presión en la crianza parte de una misma, eso seguro, pero hay que reconocer que el entorno no ayuda, empezando por padres,suegros y demás familia, con toda su buena intención, les siguen pediatras, amigos, matronas, vecinos...y cuando crees que la cosa no puede empeorar, el niño crece y aparecen las mamás del cole con niños pluscuamperfectos.


La presión empieza por los malditos percentiles, esos porcentajes que tu hijo "debe" seguir en su crecimiento, que casi todos los pediatras te dicen que no importan, pero que siempre terminan jorobando la revisión mensual del niño. Con lo que al volver a casa vas dando vueltas que has hecho mal para que esté por debajo, por encima o como en mi caso ni salgan en la tabla. 


Seguimos con el andar, el hablar.. y cuando todo eso lo consiguen pasamos a quitar el pañal, tema recurrente en el patio del colegio con las mamás de los de tres años, a leer, a escribir... y así hasta que nuestros pobres hijos nos hagan abuelas. Venga a empujar, venga a ponernos presión encima, y lo que mas me ha preocupado hoy, a nuestros hijos.


Me he preguntado que quiero que sean mis hijos y la contestación es muy sencilla, solo quiero que sean felices, que jueguen, que crezcan sin presión, sin empujones, sin prisas.

Y a todo eso yo puedo ayudarles simplemente sentándome a leer un cuento cuando  es la hora de cenar...